Caen 3 presuntos sicarios del cártel de Sinaloa
Los tres habían sido detenidos tras una persecución que finalizó en el cruce de Francisco Villarreal Torres y Cuatro Siglos, a la mera hora del tráfico.
Dicen que son del Cártel de Sinaloa, hoy enfrentan la justicia.
El encargo les salió mal. Les prometieron unos 2 mil pesos a cada uno por venir a matar. Ayer, hacia las cuatro y media de la tarde, rafaguearon al dueño de un negocio. Los seis balazos que le dieron resultaron insuficientes.
Unas tres horas después, formados del más bajo al más alto, llegan a la presentación oficial encorvados, con las manos esposadas hacia la espalda, los rostros tapados con sus propias playeras, dejando a la luz sus tatuajes. Claro, custodiados por policías fusiles en mano.
“¿Cómo te llamas?”, le pregunta un reportero al más bajo.
-Jesús Alberto Ponce Olvera- suena la voz juvenil, proveniente de un hombre de ceja depilada y complexión robusta. Junto a él están sus cómplices José Alberto Mejía Macías, de 21 años, originario de Nayarit, y Lorenzo Antonio Ávila de Santiago, de 20.
Arturo Sandoval Figón, vocero de la Fiscalía General del Estado zona Norte, da a conocer el parte oficial. Al filo de las 4:30 de la tarde se había reportado una agresión a balazos contra el dueño de un negocio de compra y venta de metales, de 28 años, quien recibió tres balazos en el brazo derecho y tres en la espalda.
Inicialmente, dijo, se reportó que se trataba de una ejecución, pero al llegar a las calles Puerto de Palos y Puerto Príncipe, en el oriente, los elementos del Grupo Elite –quienes hacían trabajo de vigilancia en el sector- descubrieron que el agredido presentaba signos vitales.
La víctima fue trasladada a recibir asistencia médica y se inició la búsqueda de una Dodge Caravan, verde, de modelo antiguo y matrículas EBV-3935. A partir de esos datos inició la cacería, que terminó minutos más tarde con los tres presuntos asesinos a bordo.
“Abajo del tablero, los elementos encontraron una pistola calibre 9 milímetros abastecida con siete cartuchos útiles y una 40 con nueve balas”, informó el portavoz de la Fiscalía.
-¿Por qué te detuvieron, Jesús?- cuestionó un reportero.
-Por intento de homicidio- suelta sin titubear.
-¿A quién quisiste matar?
-A unos Aztecas.
-¿Por qué los quisiste matar?
-Porque, porque ellos se dedican a matar polecías (sic)
-¿Tú para quién trabajas?
-Para el Cártel de Sinaloa
La mirada del presunto sicario viaja de frente al grupo de reporteros que lo asfixian y casi le pisan los tenis desgastados y sucios.
-¿Cuánto tiempo tienes trabajando (con el Cártel de Sinaloa)?
-Como dos semanas… tres..
-¿Cuánto te pagaban, cuál es tu función ahí?- le increpan dos reporteros
-Como dos mil pesos, soy sicario
-¿Cuánta gente han matado?
-Estos iban a ser los primeros”
El vocero de la Fiscalía corta la entrevista. Los tres hombres son retirados para ponerlos a disposición de un agente del Ministerio Público.
Personal de la dependencia desmonta la tramoya. Retira la mesa donde acomodó las armas y las balas. También quitó las tres mantas colgadas para la presentación y las lámparas fluorecentes recién instaladas en el estacionamiento posterior en ese, el lugar exclusivo a la presentación de los detenidos importantes.
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